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Agenda de Políticas

El Concilio para el Reconocimiento Profesional promueve el mejor desempeño y reconocimiento de los profesionales en el cuidado y educación de los niños desde el nacimiento hasta los cinco años. Creemos que la educación infantil es esencial para el éxito de nuestra economía y nuestras comunidades, y que todas las familias merecen un acceso equitativo a una educación infantil de calidad. Sin embargo, nuestro actual sistema de cuidado infantil está fragmentado y los educadores de la primera infancia han pagado el precio desde hace mucho tiempo. Los educadores de la primera infancia, mal remunerados y con exceso de trabajo, son la columna vertebral de nuestro sistema de cuidado y educación infantil, y ya es hora de que reciban la compensación, el acceso a la capacitación y el reconocimiento que merecen.

Esta agenda de políticas sirve como guía del Concilio mientras abogamos en nombre de la fuerza laboral de la primera infancia y a favor de un mayor acceso a la credencial de Asociado en Desarrollo Infantil® (CDA®) a nivel nacional y estatal.

1. Aumentar el acceso al CDA y la calidad de los entornos de educación y cuidado infantil apoyando políticas que reconozcan la CDA en las regulaciones y requisitos a nivel estatal como la credencial de nivel inicial preferida para los educadores de la primera infancia.

El cuidado y la educación temprana de alta calidad es una responsabilidad exigente y compleja. Los profesionales de cuidado y educación infantil altamente eficaces desarrollan y despliegan competencias profesionales que contribuyen a mejorar la educación, el empleo y los resultados de salud de los niños bajo su cuidado durante toda la vida. La credencial CDA verifica que los educadores de la primera infancia tengan las habilidades que necesitan para brindar la mejor atención a los niños pequeños. Al brindar oportunidades de desarrollo profesional para educadores de educación temprana que trabajan en una variedad de ambientes con niños desde el nacimiento hasta los 5 años y al esforzarse por brindar oportunidades educativas de calidad que se adapten a las necesidades del campo, el CDA es la credencial más utilizada en el campo. Si bien nos enorgullecemos de la asequibilidad y accesibilidad del CDA, sabemos que aún queda trabajo por hacer. Nos dedicamos a impulsar políticas que reconozcan el CDA en las regulaciones y requisitos a nivel estatal como la credencial de nivel inicial preferida para los educadores de la primera infancia, además de proporcionar recursos para ayudar a los profesionales de la primera infancia a obtener su CDA.

2. Aumentar el acceso a opciones de capacitación CDA de alta calidad y con créditos para educadores de la primera infancia mediante el apoyo a políticas que amplíen o establezcan programas de fuerza laboral, incluidos los aprendizajes.

El campo de la educación infantil enfrenta desde hace mucho tiempo a una escasez de mano de obra que se ha exacerbado desde la pandemia. Para ayudar a remediar esto, el campo necesita un mayor acceso a programas para la fuerza laboral y opciones de capacitación de alta calidad, incluidos los aprendizajes, que resulten en un CDA. El CDA es una credencial basada en competencias que puede mejorar la práctica apropiada para el desarrollo en ambientes de la primera infancia, independientemente de si el maestro o cuidador tiene una licenciatura o un GED (título de Desarrollo Educativo General, por sus siglas en inglés). La obtención del CDA no solo eleva la práctica profesional, sino que para muchos profesionales de la primera infancia que enfrentan barreras para la educación postsecundaria, es un paso importante hacia la educación superior, incluido un título asociado o una licenciatura y más. Las decisiones políticas para ampliar o establecer programas de fuerza laboral de educación infantil deben considerar las necesidades únicas del campo y no simplemente agruparse como parte de una solución de “talla única para todas las industrias”.

3. Aumentar el acceso a carreras profesionales en la educación infantil para estudiantes de secundaria mediante el apoyo a políticas que amplíen los programas de educación técnica y profesional del CDA.

Para abordar plenamente la escasez de mano de obra que enfrenta el campo de la educación infantil, debemos centrarnos en la necesidad de aumentar el acceso a las carreras profesionales de educación y cuidado infantil para los estudiantes de secundaria y los jóvenes. Con el apoyo adecuado, los programas de educación vocacional y técnica para jóvenes (CTE, por sus siglas en inglés), que resultan en un CDA pueden ayudar a iniciar una carrera de por vida y una pasión por la educación infantil. Al fomentar el interés en este trabajo y brindar capacitación y educación de alta calidad a una edad temprana, no solo podemos ayudar a abordar la escasez de fuerza laboral, sino que también podemos brindar oportunidades que cambian la vida de los jóvenes que ingresan en este campo. Las políticas para ampliar o establecer programas CTE para jóvenes en la primera infancia deben considerar las necesidades únicas del campo y evitar proponer soluciones políticas únicas para todos.

4. Garantizar que los educadores de la primera infancia sean reconocidos por sus habilidades y experiencia mediante políticas estimulantes que promuevan una compensación digna y viable.    
A pesar de las importantes responsabilidades de los trabajadores de la educación temprana y el papel vital que desempeñan en la capacidad de los niños para aprender y en la capacidad de los padres para trabajar, la alta rotación en el campo se ve impulsada por salarios persistentemente bajos; la falta de beneficios, incluida la atención médica; largas horas; y otros factores estresantes. Además, la educación y cuidado infantil sigue empleando a un número desproporcionado de mujeres, en particular mujeres de color. Ya es hora de corregir estos errores. En el Concilio creemos firmemente que se trata de una cuestión de equidad y apoyamos y abogamos plenamente por políticas que promuevan una compensación digna y viable.